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Un detective para un juez de línea

El juez de línea de Primera división Alfonso Hernández Labella le reclama 26.000 euros a una compañía de seguros por la lesiones que sufrió en un accidente de tráfico y las secuelas que le dejó el percance. El 26 de enero de 2010 iba circulando con su moto cuando fue embestido por un coche. En el juicio, iniciado hace unos días en el juzgado de Primera Instancia número 1 de Jaén, el deportista sustentó su demanda -y la cantidad que reclama- en que no se recuperó del porrazo hasta 180 días después del accidente, y que durante 90 días estuvo incluso impedido para realizar sus ocupaciones habituales. La aseguradora no se niega a indemnizarle, pero  considera desproporcionadas sus pretensiones. Durante el juicio, el letrado del  seguro mostró su extrañeza porque en el periodo de tiempo en el que el árbitro insiste en a que estaba impedido intervino varios partidos. “Corriendo la banda con Ronaldo”, llegó a decir el letrado del seguro.

En el periodo señalado por Hernández Labella en su reclamación, arbitró partidos en Segunda, ascendió a Primera división y pasó las pruebas físicas para el ascenso  con marcas similares a las que había conseguido pocos meses antes. Después participó en partidos de Primera. La aseguradora aportó como prueba un informe de un detective privado que daba fe de la actividad del juez de línea y de sus carreras pegado a la cal. “Señoría, no tuve ni que hacerle un seguimiento. En internet hay vídeos donde se le ve corriendo, no se ha perdido ni un partido y sus marcas en las pruebas físicas se pueden ver en la página del colegio de árbitros”, le explicó el investigador al juez.

El accidente ocurrió el 26 de enero de 2010. “Quedó con  un aspecto lamentable, con hematomas por todo el cuerpo”, llegó a decir en el juicio un médico que declaró como perito citado por el juez de línea. Además, ratificó informes forenses que hablaban de una lesión de menisco en la rodilla derecha y una luxación en el hombro izquierdo, según la documentación médica aportada y el testimonio del perito. Pero además, el médico señaló que en los primeros días también les preocupó mucho un problema en el ojo, entre cuyos síntomas estaba la visión doble, y que requirió tratamiento. Pese a tales problemas físicos, no faltó a ninguno de sus partidos.

El 13 de febrero de 2010, menos de 20 días después del accidente y aunque según los informes periciales de la demanda estaba incapacitado para sus ocupaciones habituales, Hernández Labella estaba vestido de corto en el campo del Cartagena para arbitrar un partido de Segunda. Al poco le comunicaron que ascendía de categoría. “El 2 de marzo, poco más de un mes después del accidente pasó las pruebas físicas para ser juez de línea de Primera”, insistió el letrado del seguro. Su primer partido como árbitro de la máxima categoría nacional fue en un torneo veraniego en el Santiago Bernabéu.

“Inició su recuperación al día siguiente del percance. Tuvo que soportar fuertes dolores. Tras cada partido tenía la rodilla inflamada, y tuvo que actuar con sujeción en el hombro y con dolores para levantar el banderín. Si soportó  todo éso es por obsesión por mejorar que tienen los deportistas de élite”, dijo el médito perito citado por el árbitro. El mismo experto insistió que tiene un menisco roto y que tendrá que operarse, que no puede hacer giros de rodilla so pena de una lesión grave y que lamentablemente le ha tenido que prohibir que juegue al pádel con los amigos. Además salió a colación que tuvo que dejar de preparar una oposición de bomberos porque no podía hacer paralelas y que ha quedado parcialmente limitado para su ocupación habitual de árbitro. Para su anterior trabajo como vendedor de coches (hoy se dedica sólo al artitraje) se le prohibió desplazarse conduciendo por sus problemas de visión iniciales.

La compañía rebate estos argumentos: No se ha perdido ni un partido desde el accidente, un informe pericial de parte asegura que en una resonancia que le hicieron en la sanidad pública no se aprecia que el menisco estuviese roto (esta prueba quedó pendiente de ratificación), en agosto mejoró las marcas anteriores y hay imágenes que demuestran que poco después del percance corría bien. “En la exploración no hay nada anormal, no se aprecia limitación alguna  para su actividad y nada que no se pueda tratar con analgésicos corrientes”, dijo un médico del seguro. Así que se le quiere indemnizar por 18 días: los que pasaron desde el accidente hasta el primer partido. Ni uno más. No 180 días y 26.000 euros que reclama el juez de línea investigado por un detective.

 

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