Los jueces van el jueves 8 de octubre a la huelga. Algunos jueces. La asamblea del martes demostró que hay división de opiniones entre sus ilustrísimas. Los que vayan, irán solos a las barricadas. No tienen el apoyo de colegas de toga ni de ninguno de sus compañeros de juzgados (ni secretarios ni funcionarios, que cuando debatieron en primavera sobre si apoyarlos resolvieron que lo que tienen que hacer sus señorías es aprender a manejar los ordenadores y medios que tienen a su disposición y dejarse de rollos).
Me parece a mi que los jueces, algunos jueces, tienen ya perdida la huelga. Puede que paren los juzgados (algunos juzgados, ya que el hecho de elegir un jueves -día de pocos juicios- resta potencia a la protesta aunque ahorra molestias al ciudadano), pero de cara a la opinión pública lo tienen crudo. Pase lo que pase, el Régimen ya machaca a los huelguistas, convocados por la mayoritaria Asociación Profesional de la Magistratura: que si son el brazo armado del PP en los tribunales (se evita la alusión directa con el eufemismo ‘conservadores’), que si se han quedado solos en la protesta mientras que otras organizaciones han considerado razonable lo alcanzado, que si el gobierno ha cumplido con el incremento de jueces y fiscales prometidos…
Hoy mismo la consejera de Justicia Begoña Álvarez les dice en una entrevista en IDEAL que son unos impacientes. Va ser lo más fino que les digan. Como si no hubiera ahora mismo en los juzgados casi 10.000 asuntos pendientes de solución y más de 16.000 sentencias ya dictadas aguardando ser ejecutadas. Y creciendo. Ahora sus señorías van a conocer la maquinaria del Régimen. Lo primero que se siente es que está uno solo. Muy solo.