La maldición de las paredes peludas
La Policía Local sufre la maldición de las goteras. Se tuvieron que ir de la ruina de Vaciacostales porque los viejos pabellones militares rezumaban humedad, y el agua caía a chorreones por las paredes con más frecuencia que por el Ojo de Buey de la Fuente de la Peña. En los despachos del concejal de […]