Llega a Jaén el profesor Sadu, primo hermano del brujo Kalifa, cuyas artes, virtudes y andanzas ya quedaron aquí glosadas. El primo Sadu es un paso más en la evolución del jornalero de la baraja y los huesos adivinatorios. “La videncia no es un oficio, es un Don”, dice en la publicidad que ha buzoneado masivamente por Jaén. Así que don Sadu tiene un don, ‘Vidente espiritual poderoso, soluciona todos los problemas rápido”. “Gran curandero, soluciona problemas de amor, trabajo, suerte, familia…”. Recibe en la calle Salido. Si quieres verle la jeta, prepara 30 euros.
Es el oficio más viejo del mundo. Más aún que ése en el que estás pensando: el oficio de aprovecharse de la desgracia y la necesidad ajena. En junio pasado la Policía ya le echó el guante a otro vidente que le dio un sartenazo de 8.000 euros a una mujer con mal de amores que se puso en sus manos.Yo no digo que todo el mundo no tenga derecho a ganarse la vida. Hasta el profesor Sadu, vidente espiritual poderoso. Unos pocos euros por un soplo de ilusión, por una mentira piadosa, no le hacen mal a nadie. Sólo digo que mucho ojito, que luego pecamos de pardillos. Y que Sadu, y su primo Kalifa, y otros de su oficio no me merecen mucha credibilidad. Ojito.