El instrumento de ahí arriba es el ariete de la unidad de intervención rápida de la Guardia Civil de Jaén. Más conocido como ‘el nabo’ y, en momentos de tensión -cuando la lengua se pega al paladar y el corazón late a mil por la inminencia de la acción- ‘la polla’.

A ojo de buen cubero los encargados de su manejo estiman que puede desarrollar 1.200 wat de potencia, y que con un par de buenos brazos desplaza 500 kilos en un golpeo seco. Si lo cogen entre dos y toman carrerilla, echa abajo un tabique si hace falta. Una llave maestra, vamos. “Se usa cuando se ve que no nos llega el mazo, lo que es el porro de toda la vida”, me explican.

La Guardia Civil de Jaén usa su ‘nabo’, como su propio nombre indica, para las ‘penetraciones’. Así se llama en jerga técnica cuando una cuadrilla de picoletos te echa abajo la puerta y entra en tropel en tu casa (el chorizo, se llama), tapados con pasamontañas, cascos y escudos, con el arma en ristre, para echarte mano. La última vez que sacaron ‘la polla’ de la Comandancia fue para darle un sofocón a un fulano que tenía unas macetillas sospechosas en casa, hará un par de semanas. Dios nos libre del ‘nabo’ de la Benemérita.