José Antonio Donate Cortés (Alicante 1969), media vida entre rejas, se rige por los códigos más recios de las prisiones. Sabe comportarse como corresponde. Un señor preso, como ha demostrado ante el juez Cáliz Covaleda. Le piden diez años de cárcel por meter quince gramos de heroína en prisión dentro de un envoltorio de caramelos Halls. Aunque el paquete lo llevaba Gennavil V. cuando lo descubrieron los funcionarios. En el juicio, Donate Cortés insistió en que engañó al moldavo, que la droga sera suya y que él es el único responsable. Donate Cortés tiene mucho tiempo de condena por delante, y quiere seguir durmiendo tranquilo. Quiere poder ir al tigre sin tener que mirar a sus espaldas, no vaya a tener un percance. Y para eso hay que cumplir ciertos códigos. Gennavil no es ningún angelito. Cumple once años por estrangular a una mujer. Ante Cáliz Covaleda, Donate ha cumplido.
El preso y el juez José Cáliz son viejos conocidos. Se habían visto en otro juicio, cuando Donate quiso matar a otro preso, al que dejó hecho un ‘ecce homo’ con un pincho de fabricación artesanal. Con antecedentes por asesinato, daños, secuestro y agresión sexual, no tenía ganas de otro juicio. “Señores jueces, me tenéis hasta los mismísimos”, le escribió en una carta dirigida al tribunal. En el vídeo, los instantes finales del juicio en la Audiencia de Jaén.