Acaban de ponerle una denuncia por prevaricación a un delegado provincial de la Junta de Andalucía. La semana pasada circulaba el rumor en los tribunales. Confirmado. Se puso el martes. La denuncia va contra el delegado y contra el secretario general de la delegación, y es por prevaricación por omisión: permitir resoluciones administrativas injustas a sabiendas de que lo eran y no hacer nada por evitarlo. Se la ha puesto un trabajador de la delegación (y antigua gloria del partido ahora retirado de la política) al que le han abierto varios expedientes administrativos, todos archivados. Alguno de los expedientes se tuvo abierto más tiempo del que permite la ley, según la denuncia.

El presidente de una institución acaba de salvar el primer asalto de su pelea en los tribunales. Absuelto de un delito de receptación. Me aseguran que ya ha debido recibir (o estará a punto) la acusación que le hace el Fiscal por otro delito, esta vez de robo. Y aún tiene un tercer asalto pendiente, por delitos contra el medio ambiente.

Reaparece en una comparecencia pública una alto cargo del partido tras un la escandalera a nivel nacional que provocó por unas desafortunadas declaraciones hace ahora un año por las que hasta su partido la reprendió en público. Curiosamente con una rueda de prensa sobre el mismo tema que provocó el escándalo (materia laboral). Y después de haber sido condenada por insultos en el pleno de una moción de censura en un pueblo de la provincia. A ver si acaba su ‘año horrible’.

ACTUALIZACIÓN: Me coge el día rumboso y pego un cuarto tiro al aire, de propina: ¿qué carolinense sale en las agendas de Iván Chaves que circulan en los confidenciales?

AVISOS IMPORTANTES: Acabo activar un sistema de moderación de comentarios. Así que no os preocupéis si escribís comentarios y no salen publicados. Tengo que verlos y darles el visto bueno. Así evitamos sustos. Prometo hacerlo con la mayor celeridad que pueda.

Sin que sirva de precedente, en este post no voy a publicar artículos en los que aparezcan los nombres de personas, sean o no las personas a las que hacen referencias los artículos. Los lectores y opinadores con solera en este blog sabéis que no es habitual, pero hay dos motivos: tengo mis razones para no querer publicar los nombres, por lo menos de momento (chorradas como que se le prometido a las fuentes, respeto a la presunción de inocencia y otras por el estilo).