Espero con ansias que se pueda comprar en Jaén el libro del periodista bailenense Andrés Cárdenas ‘Dejaos de pollas, vayamos a pollas (Tratado de la palabra más común en el léxico callejero en las provincias que componen el antiguo Reino de Granada)’. En la feria del libro de Granada ha arrasado, y ahora llega a Jaén. Con algunas historias graciosas sobre la ciudad del ‘ni pollas’. Cárdenas, en un teletipo de la agencia Europa Press, detalla que en Jaén una polla era la masa de pan fermentada que manipulaban y amasaban los panaderos antes de ponerla en el horno y que precisamente de esa acepción procede la coletilla jaenera de ‘ni pollas’.
“Me han contado que por la zona del Pilar del Arrabalejo donde, por cierto, hay buenas tabernas, existía una panadería cuyo propietario era famoso en todo el barrio por las pollas tan gordas que amasaba. Tanto era así, que muchas amas de casa iban a comprarlas para hornearlas ellas en su propio hogar. El panadero se llamaba Manuel pero todo el mundo lo conocía, debido, como digo, a sus voluminosas piezas de masa, por ‘Polla Gorda el Hornero'”, dice el periodista. En libro -primera edición de 700 ejemplares ya agotada, con prólogo de Andrés Sopeña e ilustraciones de Antonio Mesamadero, Port-Royal Ediciones, 2011- hay muchas más polladas. Pero quien quiera saberlas, que se compre el libro. Ni pollas.