Zarrías ha metido en campaña a un nuevo protagonista: al demonio. Ni más ni menos. Informa Europa Press que el líder socialista considera que las últimas medidas puestas en marcha el PP “parece que se las ha inspirado el demonio” porque “no es posible que haya hecho en tan poco tiempo tanto daño y a tanta gente”. Ahora lo veo claro. Todo es cosa del demonio. Sólo así se explica que, por ejemplo, Arenas tenga tiempo de ser tan malo como denuncian los vídeos del PSOE, pueda dar mítines, hacerle la agenda a la jueza Alaya para que declaren lo que a él mejor la convenga en plena campaña Guerrero y su chófer, el de la coca, que manipule cintas de audio, que le quite las pagas a los viejos y no sé qué canalladas más. No era normal que Rajoy y Arenas fueran tan malos. Es que les inspiran no ya Pedro J, Aznar o Intereconomía, sino el diablo mismo. No podía ser que tantos males afligiesen a la familia socialista, que para más INRI lleva ahora bien alta la bandera del anticlericalismo. Si ellos, pobreticos, no han hecho nada malo para merecer ésto. Zarrías descubre el secreto: el demonio se ha hecho del PP, aunque parezca un partido lleno de católicos, y les tiene ojeriza a los sociatas.
Así empieza la campaña. Por lo menos tenemos banda sonora para estos días, hasta la elecciones y la huelga general. Paradojas de la vida, la copla es de uno de esos que algún acólito de Satán bautizó como de ‘los de ceja’.