Domingo, el padre de la niña de Baeza, salió del edificio de Asuntos Sociales de la Junta en Jaén, con una sonrisa de oreja a oreja. “Volverá pronto”, aseguró a los periodistas que esperaban. Una nube de cámaras, dos furgonetas con antenas para conexiones en directo …En la edición impresa de IDEAL ya explicamos que su niña, y él mismo, se han visto perjudicados por un fallo en cadena de un sistema que no siempre está muy afinado. La niña volvió a casa, en efecto, poco después. Lo que no oculta que hubo un fallo en cadena. Y que el caso sigue abierto y que aún puede dar sorpresas judiciales. Y más de un disgusto.
Alguno de las cuestiones que han chirriado son:
– la madre fue hace un mes a Fiscalía a pedir apoyo para meter en cintura a la menor, que no acepta disciplina. Es un problema con el que los fiscales de menores se encuentran con relativa frecuencia y que para el que no hay muchos recursos públicos.
-el padre fue detenido el 28 por la tarde, pero por diversas circunstancias no siempre imputables a la fuerza actuante no fue puesto a disposición judicial hasta el día 1, con dos noches en el calabozo de la que al menos le sobró una.
-le recibió declaración el juez del 2 de Úbeda, que lo puso en libertad con cargos. A día de ayer no había aún un juez que hubiera asumido el caso de forma definitiva, lo que podía haber facilitado que se tomasen decisiones. El del 2 de Úbeda se lo pasó al 1 porque era el de guardia cuando arrancó el culebrón el día 26, y ahora parece que es el de Baeza (el primero al que se pensó adjudicar el tema) el que debe hacerse cargo. Han pasado quince días. A la madre de la menor, a día de ayer, aún no le habían tomado declaración en sede judicial. Tampoco ningún juez se ha pronunciado sobre cuestiones tan delicadas como si es conveniente adoptar medidas cautelares de protección de la menor. La única instancia que ha tomado decisiones con celeridad ha sido la Fiscalía.
-la Junta, a instancias de Fiscalía, ingresó a la menor en un centro como posible víctima de delitos. Un centro que no es de internamiento sino de acogida. La menor se fue el sábado a la calle y regresó más tarde de la hora establecido. Como no le gustó aquello de los horarios (no los respetaba en su casa) se fugó del centro donde la Junta tenía su custodia. Apareció a los dos días en un control de la Guardia Civil.
El padre asegura que se piensa todavía si va a denunciar o no a la Junta, e indica que tampoco sabe si la menor va a retirar la denuncia contra él o no. Alguien debería explicarle que aunque su hija retire la denuncia tiene un problema bastante serio:
-hay una primera declaración de la menor que le inculpa. Una declaración bastante extensa que habla de hechos que podrían ser considerados maltrato y detención ilegal. Hechos que explicó tanto a la Guardia Civil como en sede judicial.
-hay un reconociento médico, ilustrado con fotografías, en que se da fe que la menor tenía un ojo morado. Y en su primera declaración ella atribuye al padre la autoría del morado.
-la Guardia Civil encontró en el sótano que la menor indicó como el lugar donde la habían tenido encerrada una puerta destrozada y el hacha con el que se reventó la puerta, cuando el padre declaró que había dejado las llaves puestas. Y constan en los atestados las condiciones de habitabilidad, con referencia a las condiciones que la menor dijo soportar en cuanto a cuestiones básicas como luz y agua corriente.
-la instrucción aún podría deparar nuevas sorpresas con pruebas que aún no se han desvelado pero que constan en el procedimiento, y que podrían apuntalar la denuncia de que la niña estuvo encerrada y sola en el chalé en construcción.
No se sabe aún lo que pasará. Pero con menos de estos elementos los fiscales han tirado para adelante aún en contra de la voluntad de la denunciante, y ha habido jueces que han dictado condenas. Y condenas por violencia en el ámbito familiar incluyen medidas de alejamiento de forma automática, salvo casos excepcionales (hay una sentencia del Supremo, una sóla, al respecto).