Hace ahora un año, el nuevo director de la cárcel se sonrió cuando le mencioné que tenía a Julio Romero Amador entre sus inquilinos. “Julito”, dijo en un susuro mientras recordaba la tarde del domingo 9 de agosto de 1991. La del motín del Puerto. El día que Romero le cortó la cabeza a otro preso y se la enseñó a los negociadores, entre ellos el propio Marín Ríos, para decirles que aquello “iba en serio”. Ha visto mucho Marín Ríos en las cárceles, donde ha pasado 40 de los 60 años que tiene. Ahora le va a dedicar todo el tiempo a su familia. «Yo soy de Jaén y quería acabar mi carrera aquí», dijo Juan Antonio Marín Ríos poco después de tomar posesión como director de la cárcel de Jaén en septiembre de 2011. Y el momento ha llegado. El viernes comunicó a sus colaboradores que se va. Que se jubila en diciembre tras 40 de servicio, en los que siempre ha llevado la bandera de la reinserción.
Cuando Juan Antonio Marín Ríos (Peal de Becerro, 1951) llegó a la prisión de Málaga como director en 2010, el fiscal de vigilancia penitenciaria Luis Fernández Arévalo lo definió como «uno de los mejores». Con esas credenciales, todas las medallas y condecoraciones posibles y el aval de haber estado en prácticamente todas las ‘movidas’ penitenciarias desde mediados de los 80, desde los motines salvajes como el del Puerto a la informatización de las cárceles.
Entró en el año 73 por abajo, al cuerpo auxiliar. Desde ahí ascendió por todos los puestos del escalafón: cuerpo especial, jefe de servicio, director de Nanclares en Vitoria en el año 83, Madrid II Meco y Segovia. Desde el 86 trabajó en la dirección general en distintos puestos. En 2010 fue a Málaga, de nuevo de director Y ahí hasta que salió el puesto de Jaén, cuando el director Manuel Martínez renunció en 2011. En su trayectoria ha impulsado buena parte de las reformas y la modernización de las cárceles españolas. En Jaén deja un buen recuerdo del año que ha echado al frente de la prisión.