El maestro Cárdenas anda con su blog y su Facebook como niño con vejiga, reivindicando la ‘elle’ en vez de la ‘ye’ que nos impone ahora la academia, al grito de ‘qué pollas ni pollas’. A mi los académicos me han dejado con otras dudas. Resulta que anoche tuve sexo solo durante unas horas. Y con las nuevas normas ortográficas no sé si me duele el brazo más que el miembro o si es que me quedé con ganas. Lo que es no entenderse con la escritura. Hay que joderse. Por una miercedilla de acento no se aclara uno si es un onanista fabuloso o un galán insaciable. Por un acentillo. Vaya una polla, maestro Cárdenas.