A la Férriz le cayó en las manos un papelajo anónimo sobre unas oposiciones en el Ayuntamiento de La Carolina, los ojos le hicieron chiribitas y lo vio claro: al Fiscal. Eso sí: primero una rueda de prensa, y se gana un buen titular: ‘La Férriz va a Fiscalía’, con lo que mola. La denuncia de la Férriz le duró al Fiscal lo que tarda en persignarse un cura loco. No había por donde cogerla y la ha archivado.

En el caso de la orujera de Baeza, el alcalde Leocadio también amenazó con ir a la Fiscalía. Y fue. Al menos mandó allí al letrado del Ayuntamiento. El abogado estuvo en la Fiscalía un ratejo. Lo que se tarda en saludar y preguntar si era más rápido denunciar allí o hacerlo en el juzgado. Al final, la cacareada denuncia en Fiscalía no fue tal. Allí no se ha denunciado nada.

De aquí a las elecciones de mayo el Fiscal va a tener que aguantar que le den la matraca de lo lindo. Y tampoco es plan. No es bueno que la política se judicalice. O que la justicia se politice.

Al fiscal Casado no lo pueden ver en el PP precisamente por un par de asuntos de Baeza: su empeño en procesar a más de veinte militantes por un fraude con el voto por correo (hubo un par de condenas en la Audiencia) y su negativa a procesar al alcalde Leocadio por supuesta complicidad en el caso del robo de las puertas de las casas consistoriales.

A los peperos se les olvida el estropicio que Casado le tiene liado al PSOE, con casi una decena de alcaldes condenados en apenas dos años y medio y otra decena larga de regidores o ex regidores imputados a la espera de juicio. Se dice pronto, pero el PSOE puede acabar con una veintena de cargos condenados en un lustro. Pero a ver quién escucha a alguien del PSOE quejarse del Fiscal. Ellos, como quien oye llover. Les condenan y les imputan a los alcaldes y como si nada. Uno detrás de otro. Y si pueden, los vuelven a poner de candidatos. El cortijo es mío y aquí no pasa nada. ¿Qué van a hacerles? ¿Irle con el cuento al Fiscal?