Tengo curiosidad por ver qué hace Calahorro, el subdelegado del Gobierno. Seguro que el cuerpo le pide irse a la plaza y contarles batallitas a los chavales. En espíritu, el viejo rockero está cerca de ellos, me da la sensación. El que tuvo, retuvo. Otra cosa es la obligación en el cargo de sheriff que desempeña. Y les tendrá que mandar a la Policía. Es la paranoia del PSOE estos días: está deseando hacerle guiños a los manifestantes, se muere por estar con ellos, cuelga su manifiesto en la red. Ha visto en las acampadas el último tren para evitar la debacle por la abstención de su electorado. No se da cuenta de que si están en la calle es, precisamente, contra ellos (entre otros). Aunque el movimiento es apolítico, sociológicamente, me da la impresión, es la izquierda la que acampa al raso, huérfana de líderes y proyectos creíbles. Así que el PSOE, al final, se siente como la amante despechada, y les manda a la Policía. Y los desaloja.

ACTUALIZACIÓN: A las nueve de la noche hay poco más de medio centenar de chavales en la Plaza de la Constitución celebrando una asamblea. Las normas: no dar motivos para que la Policía los eche, nada de canutos, nada de bebidas y máximo civismo. Algunos pretenden acampar. Caras de decepción. Se esperaba una respuesta mayor. Hacen una pancarta. “Una noche en la calle para no dormir en ella”. Bendita inocencia. Dejo un vídeo grabado a las nueve menos cuatro.