El Consejo General del Poder Judicial ha elegido a Lourdes Molina como nueva presidenta de la Audiencia Provincial de Almería. Pierde Jaén a una gran magistrada con más de veinte años de profesión a sus espaldas. Una serrana (de Beas de Segura) por los cuatro costados. Por lo que parece, en Almería la elección ha sentado nada más que regular. Los otros cinco candidatos eran de la tierra. Y eso de que les llegue una de fuera no les ha gustado nada. Andan revisando el historial de Lourdes Molina hasta por el canto, a ver si pueden aún echar el nombramiento para atrás.
Por más que se cabreen los togados almerienses, estaba cantado. Lo primero, por los méritos de Molina. Además, aunque todos lo nieguen, la política de los jueces tiene mucho que ver en los nombramientos. Lourdes Molina es la apuesta de las asociaciones progresistas de la magistratura. Se cuenta incluso que mi tocayo el juez Poveda (también progresista) se retiró de la competición para dejarle vía libre. Ella había dado la cara: le peleó a Méndez Lugo la presidencia del TSJA cuando nadie se atrevió a hacerlo.
Hace meses, cuando tocaba designar presidente de la Audiencia de Jaén, ella era una de las favoritas. Tenía reservado en el Coto para celebrarlo. Que Jaén fuese para ella (había un lote de presidencias que asignar) era prioritario para la progresía judicial. No contaban con Pío Aguirre. Él volcó la balanza hacia Elena Arias Salgado, quien según la opinión mayoritaria del mundo judicial jienense era la candidata ideal. Hubo fiesta en el Lechón, y copa de consolación en el Coto. Pero a Lourdes Molina ‘se la debían’. Ya se había presentado hace años a la presidencia de la Audiencia de Almería y se quedó a las puertas. Ahora la plaza era suya. La votación se ha ido demorando hasta que todo ha estado bien atado.
Otro que ha cambiado de destino es Raúl Calderón. El juez errante. Todo un personaje del mundo judicial jienense. Un juez que no deja indiferente a nadie. Cogió el testigo de otro clásico, Cañada Clé, en el Penal 2 (ahora jubiloso magistrado de lo contencioso-administrativo), y se lo entrega a la joven magistrada María del Carmen Carpio. Sangre joven para los juzgados de lo Penal, auténticas trituradoras de carne humana (están señalando ya para noviembre de 2010 los juicios que entran ahora). Que siga el baile.