Los presupuestos de la Junta me saben a añejo. A cosa rancia, como en blanco y negro. Me recuerdan a aquel viejo anuncio del coñac Centenario, de bodegas Terry. Aquel de la rubiaca buenorra a caballo (un caballo blanco), flotando dentro de una camisilla liviana (y según la España de la Transición y el Destape nada más). Fue un buen truco publicitario aquella amazona que montaba a pelo. Sirvió para vender un coñac del peleón como algo exquisito. Ahora lo acaban de grabar de nuevo. Pero es el mismo esquema: rubiaca, caballo, camisilla y al trote cochinero. Eso es lo que nos hace la Junta año tras año. Le pone al medio cadáver que es la Andalucía del millón de parados una camisilla, la monta sobre un caballo blanco y nos hace creer que es una rubiaca que monta a pelo, para que nos pongamos cachondos. Se cree la Junta que aún cuela aquel truco con el que el Cid ganó su última batalla. Tan confiada está en que funciona que manda a Micaela y a Terevé a impartir doctrina, y se queda tan tranquila.
De aquel viejo anuncio de Centenario se hizo famoso un chiste: ¿Cuál es el único animal con el coño en la espalda? El caballo de Terry. O la Andalucía del BOJA. Que más da. Si lo dice el Régimen, acaba siendo verdad.
Para los nostálgicos, ahí va el anuncio de Centenario. El clásico. Él único. El inigualable. El de la rubiaca y el caballo blanco.