Tarde de teléfonos, nervios e intrigas ayer en Arquitecto Berges. Los conspiradores policiales ponen sus cartas boca arriba: ronda de llamadas del responsable local del Sindicato Profesional de Policía, convocando a una rueda prensa para hablar “de lo pasado y de lo que haga falta”. Mayormente, para hablar de su jefe, al que van a poner tupido. Será a la una en el Condestable.
El verano pasado, el sindicato intentó una maniobra contra el comisario Daniel Salgado. En plenas vacaciones del jefe, lo pusieron al borde del cese o la dimisión. Lo pusieron a escurrir ante un alto cargo de la Jefatura Superior, donde Salgado rinde cuentas. La cosa se puso parda para Salgado. Muy tensa. La conjura fracasó. La reacción del subdelegado del Gobierno Calahorro a favor del comisario, y el apoyo del sindicato mayoritario en el cuerpo (SUP) jugaron a favor de Salgado.
La posición de los conjurados (varios de ellos con mucho mando en plaza), se hizo complicada. Muy complicada. Más aún cuando en su discurso institucional del Día de la Policía (2 de octubre) Salgado hizo público el conflicto interno y se refirió a “unos pocos” que, insistió, ponían trabas al buen trabajo de todos. Los cinco que participaron en el encuentro (sus nombres circulaban ya de boca en boca ) con el alto mando de la Jefatura Superior fueron avergonzados en público.
Un mes después, ha llegado la hora de cobrarse cuentas pendientes. Mucho ojo a lo que se diga en la rueda de prensa de hoy. Hay una querella preparada para el que se deslice. A la una de la tarde los conspiradores ponen en marcha en ventilador.