Inquietantes las declaraciones de la ex jefa de Invercaria, Laura Gómiz, en un receso del juicio de Invercaria ayer, donde un juez acepta como prueba las cintas que según la Junta están manipuladas: Gómiz ha admitido que la voz de las grabaciones es la suya, pero “no son sus pensamientos” y ha afirmado que las transcripciones están manipuladas y sus palabras se han sacado fuera de contexto, informa la agencia EFE. Analicemos: es su voz. No son sus pensamientos. Raro, raro, raro. Blanco y en botella: el demonio. No hay otra. Zarrías tenía razón. Rajoy, Arenas, el demonio. La misma cosa. Deberían sacar los asuntos de la Junta de la jurisdicción ordinaria y crear un tribunal especial, con Amorós, Jiménez del Oso e Iker Jiménez encargados de descubrir cómo el Maligno enreda en los asuntos de la Junta y del PSOE.
En otro frente abierto en los tribunales, la Junta se felicita de que la magistrada Alaya haya enviado a prisión a Guerrero, el de la coca. De ser tan malo, el diablo se ha pisado el rabo: las declaraciones del chófer acusando al ex director general de meterse por la napia las subvenciones para los parados son hoy el mejor aliado de la administración, pues dejan a Guerrero a la altura del betún. Por más fuese durante ocho años director general, su credibilidad para tirar de la manta ha quedado muy tocada. Así que -el mundo al revés- la Junta hace fiestas de que hayan mandado al infierno del talego al que fue alto cargo durante ocho años, y que la jueza vea indicios de que repartió casi 900 subvenciones “en el entorno del PSOE y de la Junta”.
Y por si faltaba algo, estalló Santana. El corte de carretera de los santaneros ha desatado la furia del capitán Fernández. Rebelión a bordo. Para la historia queda: un alcalde (nada menos que el alcalde de Linares) que en plena campaña electoral pide a su propio partido que cumpla con sus compromisos, y se niega a hacer campaña. ¿Estamos locos? Fernández además es reincidente, pues ya las montó pardas con el campus y se encerró hace unos días con los santaneros. Pero, ¿a dos semanas de las elecciones? Todo esto es muy raro. Y no lo digo yo. Lo dice Zarrías. El demonio.