El tipo de la foto es Joan Teixidor. Quienes han tratado con él dicen que es capaz de convencer a cualquiera de cualquier cosa. Un figura. Vive de su labia y de esta jeta bonita que captó el fotógrafo Eduald Picas, que lo cazó saliendo de los juzgados de Figueras (y que publico aquí cortesía de Tura Soler, redactora del diario El Punt y que conoce bien a Teixidor y sus andanzas). Teixidor es famoso porque lleva años entrando y saliendo de los hoteles sin pagar un duro. Con toda la familia y hasta con su perro. En Cazorla se alojó durante veinte días en una casa rural, con toda la familia. Era como uno más de la familia. La hostelera, a la que le dejó a deber más de 1.600 euros, dice que “se hacía querer”.
Se ve que Teixidor confía en su labia. Se ha hecho pasar por la mano derecha del baranda más baranda de la frontera, por representante de grandes empresas, por un tío con pasta. Le vaciló hasta al único tribunal que, hasta ahora, lo ha condenado. A Cazorla llegó diciendo que iba a invertir a lo grande. La asociación de hosteleros ha alertado a sus asociados de su presencia en la provincia. Educado, siempre atento. Haciéndose querer.