Escribir todos los días sobre economía me ha ayudado a comprender que, junto a la realidad teórica (la que aparece en los libros de textos), existe una realidad práctica (basada en el sentido común). La realidad teórica dice que cuando la oferta es mayor que la demanda los productos y servicios se deprecian. La realidad práctica dice que sí, que las cosas se abaratan, pero que, sin quererlo, podemos estar gastándole un putadón a un colectivo importante de personas (o sea seres humanos que tienen el vicio que comer tres veces al día). Todo ello nos conduce a uno de los debates de fondo de esta crisis económica que nos ha tocado en suerte. Sí, aquello de que las únicas normas existentes sean las del mercado.
Bueno, les cuento todo este rollo tras escuchar las manifestaciones pronunciadas ayer en Jaén por Martín Soler, consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía. El buen hombre aterrizó por estos pagos para presentar a la opinión pública el primer aforo de la campaña. Estamos hablando, sin lugar a dudas, de una de las ruedas de prensa más trascendentes de todo el año, ya que lo que se diga en ella fija al alza o a la baja las cotizaciones del ‘oro verde’ en las almazaras a corto y medio plazo. Hablando en plata, que lo que se diga en ese momento determina si los 108.000 oleicultores de Jaén van a ganar mucho o poco dinero.
Aquí es cuando la realidad práctica y la realidad teórica, a las que me he referido anteriormente, chocan frontalmente. Las cifras indican que las almazaras acaparan en torno a 300.000 toneladas de género en los almacenes, lo que unido a una producción nacional de entorno a 1.200.000 toneladas nos sitúa ante un volumen de aceite comercializable próximo a 1.500.000 toneladas. ¿Mucho o poco? Para Martín Soler, una barbaridad. Vamos, tanto es así que las cooperativas deben quitarse de medio todo el lastre que puedan y en el menor tiempo que puedan. Pero ¿a qué precio? Martín Soler lo tiene claro: a lo que diga el mercado. Es decir, a Martín Soler le importa cuatro cominos que el kilo de zumo de aceituna se aproxime a los 2 euros y se vayan al garete la inmensa mayoría de las explotaciones olivareras de la provincia, a las que producir un kilo de aceite les cuesta mucho más que los 2 euros comentados.
Los neocon desembarcan en Jaén.