¡Qué alegría, qué alboroto, otro perrito piloto! No se si se habrán dado cuenta ustedes, pero muchas veces con esto del jolgorio, el buen rollito y las puñeteras sevillanas gastamos y gastamos sin darnos cuenta de que no están clavando como clavaron a Jesucristo. Es el caso de San Lucas. ¡Madre, qué palos meten! Sí, ya sé que los caseteros tienen que afrontar muchos gastos, que la feria es una vez al año y demás zarandajas, pero cobrar 2,50 euros por una coca cola light es una púa con todas las de la ley.
Hemos vivido tres días de auténtico frenesí en el ferial. Es más, pareciera que ya no hay crisis (aunque un amigo mío que está detrás de la barra me ha dicho que a estas alturas de la película han vendido la mitad que el año pasado). Pero, por muy enajenado que se pueda estar por aquello del ambiente festivo y los cuba-libres, estas cosas se pagan. La feria dura nueve días, y me da a mí que de aquí en adelante… no sé, que igual más de cinco se lo van a pensar cuatro veces antes de bajar a La Vestida.
P. D. Menudo conciertazo de Tequila. Mi pregunta es ¿éstos han costado 600.000 euros como Dylan? A ver si nos vamos enterando de lo que le gusta a la gente.