Por fin bajó el paro en la provincia. Fue en mayo, tan sólo en 24 personas, pero sin lugar a dudas lo importante en este caso es el cambio de tendencia. Aunque conviene leer con mucho detenimiento de la letra pequeña. El gran generador de empleo en estos momentos es la administración. Los 118 millones de euros del Fondo Estatal de Inversión Local están empezando a surtir efecto, y la mejor prueba de ello es que el número de demandantes en la construcción ha caído en 296 jienenses, una señal evidente de las necesidades de personal para acometer las tropecientas obras públicas que se ejecutan en estos momentos a lo largo y ancho de geografía provincial. Además, la previsión es que la cosa vaya a mejor, ya que el grueso de los proyectos del Proteja de la Junta se iniciarán en junio y julio.

También deben tenerse en cuenta las contrataciones en los servicios, ya que se estima que 3.500 hijos de Jaén hacen la maleta todos los años por estas fechas para emigrar hacia los destinos con mayor afluencia turística. El dato más positivo, bajo mi modesto entender, es el de la industria, donde también disminuye a cifra de inscripciones en el Inem. Y es que estamos hablando de una actividad que está sufriendo en primera persona los embates de la recesión. El potente sector de la automoción de Jaén, del que viven casi 10.000 familias, ha sufrido una sucesión de expedientes de regulación de empleo (ERE) que ha hecho saltar todas las alarmas.

Lo dicho. Mucho cuidado con los triunfalismos (a ver con qué nos sorprende el ínclito consejero Fernández) y ojalá estemos ante un punto de inflexión. Al menos siemopre queda el consuelo de pensar que le hemos ganado un mes al calendario.