Supongo que ya conocerán a José Ignacio Goirigolzarri. Sí, el ex consejero delegado del BBVA que, tras treinta años en la entidad ,se prejubila con la bonita paga de tres millones de euros. Casi ‘na’, que dirían en mi pueblo. ¡Qué quieren que les diga! Que de puta madre, que ole sus cojones y que se pula los tres kilitos en lo que le dé la real de la gana. En este punto conviene recordar que el BBVA es una empresa privada, que cotiza en bolsa y que sólo tiene que rendir cuentas ante sus accionistas. Así que si todo el mundo ve bien que Goirigolzarri éste se lleve tres milloncitos, pues nada que objetar.
Ahora bien, que el BBVA ni ninguno de los grandes de la banca española se quejen absolutamente de nada. Que no tengan la desvergüenza de perdir al Gobierno que les saque las catañas del fuego con el dinero de todos. Y sobre todo que no se les ocurra decir que la recesíón les está haciendo un daño enorme y acto seguido lamenten que sus beneficios multimillonarios se han reducido un 5 ó un 10 por ciento. Que se pongan un punto en la boca, por favor.
Aviso a navegantes. Estamos volviendo a caer en el mismo error que ha llevado la economía al borde la ruina. En el país de los cuatro millones de parados (50.000 en Jaén) es un auténtico insulto que todavía haya quien llene las alforjas a base de pelotazos, bonos y primas por los servicios prestados. Regulación ya.