Mañana empieza Fitur, una de las tres ferias del turismo más importantes del mundo. El otro día publiqué una triple página en el periódico hablando de la importancia del evento y la importancia de estar en él. Quien no está en Fitur no es nadie en este negocio. Así de fácil. Las administraciones son conscientes de ello y apuestan por esta muestra. Andalucía, donde se incluye la marca ‘Jaén’ -perdonen por mercantilizar de esta forma el nombre de la tierra- estará en el pabellón tres del Ifema. Tendremos un stand de 300 metros cuadrados pagado por la Junta, aunque la Diputación invierte más de 100.000 euros en imagen, marquetin y promoción. Los ayuntamientos también hace un importante esfuerzo.
Y es que, guste o no guste, España es un país de servicios. Esto es una gran ventaja y también un gran inconveniente. Ventaja porque recibir visitantes significa renta neta para los territorios. E inconveniente porque todos somos perfectamente conscientes de los ‘peajes’ que hay que pagar por depender tan sólo de un monocultivo. En Jaén podríamos escribir un libro de esto; qué les voy a contar yo a ustedes que no sepan. La cuestión es que ahora, con la crisis, nos hemos dado cuenta de que las cosas no se pueden quedar como estaban. Tenemos que ser más competitivos porque si no los demás nos adelantan por la derecha y por la izquierda, que es exactamente lo que está sucediendo. Por eso el Gobierno se ha inventado la Ley de Economía Sostenible. Se trata de estar preparados para recibir el golpe y tener la capacidad de levantarse rápidamente del suelo para seguir en el combate.
Pero todo esto es literatura. Lo que yo quiero decirles es que antes antes de montar una estructura nueva tenemos que se capaces de creer que lo podemos hacer. Parace una chorrada, pero realmente no lo es. El otro día, viendo un programa de televisión, entrevistaron a un inglés que llevaba mucho tiempo viviendo en nuestro país. Decía que el principal problema de España es que nunca ha valorado suficientemente sus posibilidades reales para convertirse en dueño de su propio destino. Pues bien, yo hago exactamente el mismo análisis, aunque extrapolado a la realidad de Jaén. Y vuelvo al principio, a Fitur. ¿Realmente pensamos que el turismo puede ser una alternativa económica por estos lares?