Si usted ha jugado una apuesta al Euromillones, ya sabe que tiene una posibilidad entre 76.275.360 de levantarse esta mañana como una persona muy rica, exageradamente rica. Pero como la ley de la probabilidad también dice que hay 76.275.359 de que no lo sea, pues bienvenido al club de realidad. Eso sí, que le quiten lo bailado, que le quiten el agradable sueño de verse conduciendo, melena al viento, un ferrari de último modelo; o viviendo en una exclusiva mansión de la Côte d,Azur y compatiendo mesa y mantel con el príncipe Alberto y su novia Charlene; o surcando los cielos de California a lo mandos de su jet privado mientras le esperan con guirnaldas de flores en el aeropuerto de Honolulu.
Y es que 129 millones de euros no es un pelotazo cualquiera. Es ‘el pelotazo’. Según mi amigo y psicólogo Jorge Álvarez, hombre sabio, mucha gente acude a probar fortuna porque “se sienten atraídos por la ilusión de una vida sin problemas”. “Esto no es algo nuevo -comenta- pero en circuntancias tan complicadas como las actuales, esta aspiración es todavía mayor porque se cimenta sobre una necesidad, propio o ajena, que empuja todavía más a recurrir a este tipo de salidas ‘tan fáciles’, porque sólo hay que invertir dos euros, y tan complicadas, porque es prácticamente imposible resultar agraciado”.
Pero ¿qué hacer con 129 millones? Pues todo lo que se quiera. Al menos todo lo que se quiera desde el punto de vista más material. Una de las webs de referencia en este sector ha elaborado un decálogo pasa saber cómo se debe actuar si, de golpe y porrazo, alguien se encuentra con 21.000 millones de antiguas pesetas en la cuenta corriente. Tome nota. Después dar rienda suelta a las emociones, llorar, reír y saltar, lo más conveniente es respirar hondo. Lo segundo es pensar con calma y valorar muy bien a quien se le va a dar la noticia. La discreción es un gran valor y cualquier paso en falso puede tener nefastas consecuencias. Lo siguiente es cobrar el parné sin que nadie se entere de su identidad, para la cual debe delegar en un banco de una localidad diferente a la suya. La cuarta recomendación, la que más me gusta, es acudir al trabajo como si nada. Otro de los puntos cruciales es reunir información sobre las empresas financieras para elegir dos o tres que gestionen una parte de la fortuna y remunerar exclusivamente en función de resultados. Piense que 129 millones en un depósito al 4 por ciento genera más de 5 millones anuales.
¿A qué por un instante se ha metido en la piel de un millonetis? Me alegro pero vaya dejando el cuento de la lechera para otro momento. El ‘gordo’ ha caído en el Reino Unido.
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Nota. Extracto del artículo ‘129 millones: el sueño de una noche de otoño’, que he publicado en la edición de hoy.