El orgullo de ser cateto
Nadie está libre de ser juzgado por un estúpido. Vas por la calle, tranquilo y despreocupado, y sin quererlo ni beberlo resulta que alguien se fija en ti y considera que debe mofarse. Sin más. Dos opciones, afearle la conducta, so riesgo de que la burla se torne provocación y el pleito acabe en las […]