Fue el tema del día antes y después de que nos comiéramos las uvas de nochevieja y, como siempre sucede en estos asuntos relacionados con la actualidad, la pelota va perdiendo aire poco a poco y ya, casi desinflada, nos olvidamos de lo mucho que se polemizó. Les hablo de la prohibición de fumar en los bares. Pero como uno no es un desmemoriado, básicamente porque hubo unos cuantos que me atizaron de lo lindo por relativizar los efectos hecatómbicos de la ley antitabaco en la hostelería, ahora que ha transcurrido tiempo suficiente creo que ha llegado el momento oportuno de comprobar si, en efecto, el sector se ha hundido, tal y como vaticinaban algunas patronales, que auguraban un descenso de la producción de entre el 10 y el 15 por ciento y el despido de miles trabajadores.
Y como curro aquí, en Jaén, para qué irnos más lejos. Pongamos el ejemplo de esta provincia, aunque ya les anticipo yo -porque he ‘perdido’ un tiempo en cotejar números- que las conclusiones se pueden extrapolar prácticamente a toda España. Lo he publicado todo en el periódico de hoy. Pues eso, que las cifras siembran muchas dudas respecto a la verosimilitud de determinados apriorismos con nula base científica -se recurría a la experiencia de otros países con normativas tanto o más restrictivas que la aprobada por la unanimidad de los grupos políticos en las Cortes Generales-. Partiendo de la base de que es imposible acudir al mejor indicador de demanda, la facturación de cada una de las empresas, sí que se puede tirar de otros índices bastante fiables sobre el nivel de actividad. Uno de ellos es la ocupación laboral. La regla de tres es sencilla. Si hay carga de trabajo hay empleo.
Ésta es la sorpresa. Tomemos como referencia marzo. La afiliación media a la Seguridad Social -régimen general- en el epígrafe en cuestión se situó el mes pasado en 6.038 personas. Y mire usted por donde que en el mismo periodo de 2010 el promedio se situaba en 5.975. El dato es doblemente llamativo si tenemos en cuenta otros dos aspectos: el año pasado la Semana Santa, que normalmente supone un aumento considerable de las contrataciones, se celebró en marzo -ésta ha sido en abril-, y si nos atenemos a otro hecho no menos relevante, hay 5.800 parados más -el desempleo es el principal limitador del consumo por parte de las familias-.
Moraleja, quien no llora no mama.