Con la resaca todavía de la primera manifestación contra la reforma laboral de hace diez días, hoy tenemos la segunda (20,00 horas, plaza de San Francisco). ¿Éxito?, ¿fracaso? El debate no es baladí. Habida cuenta de la estopa que vienen recibiendo los sindicatos de dos años a esta parte, las cifras en este caso sí que importan y mucho. En juego está su capacidad de convocatoria (credibilidad) y de movilización (efectividad). La tradición dice que las ‘fuentes oficiales’ respecto a la participación en este tipo de eventos son los propios organizadores, en esta ocasión UGT y CC OO, y la Subdelegación del Gobierno. En la ‘movie’ del domingo 17 el marcador final fue 5.000 para las organizaciones sindicales y 1.500 para la Delegación, informada a su vez por la Policía Nacional. Estamos hablando de una diferencia de 3.500. Alguien se pasó de optimista o de pesimista.
Así que para entender esta enorme disparidad conviene saber cómo hicieron las cuentas unos y otros. UGT y CC OO emplearon dos sistemas. El primero, contar ‘las filas’ en sentido inverso y multiplicar por los que van en una ‘línea’ -siempre de forma aproximada-. El segundo, basado en una experiencia de muchos años, tomar como referencia una calle cuando la marcha está en pleno desarrollo. El banco de pruebas fue La Carrera, aunque es cierto que cuando la pancarta salía de la Constitución todavía no se había movido la cola (plaza de San Francisco). Total, en función de los criterios antes señalados, 5.000 almas. La Policía Nacional utilizó una fórmula que, en el fondo, es bastante parecida, aunque sí reconoce factores distorsionantes basados en la “subjetividad” y la posibilidad de que exista ‘margen de error’. Los agentes miden el ancho y el largo de la vía pública y obtienen la superficie en metros cuadrados. Después aplican un algoritmo bastante sencillo: un metro cuadrado, una persona. De ahí los referidos 1.500. Fuentes de la comisaría de Jaén han insistido en que siempre se usa el mismo método. «Aquí no se maquillan los números ni respondemos a ninguna consigna política; nos limitamos a hacer el cálculo porque se elaboran unas estadísticas de asistencia y porque se nos requiere esta información», señalan.