Ya ‘huele’ a huelga. Mañana es 14 de noviembre, día elegido por los sindicatos para el segundo paro general de la ‘era Rajoy’, ocho meses después del primero, o el tercero de la ‘era recortes’. Una jornada distinta porque se supone que la vida debe funcionar a medio gas y porque más allá de las grandes cifras, lo que se está apelando es a la conciencia individual y colectiva para lograr la mayor efectividad de la protesta con más repercusión que se puede organizar en un país. El éxito o el fracaso dependerá de lo que decidan muchos o pocos como usted. ¿Y qué factores se ponderan en este tipo de pleitos? Pues el primero y principal ya se ha apuntado unas líneas más arriba. Si se está de acuerdo o en desacuerdo con los motivos expuestos por las organizaciones sindicales. Los recortes, que afectan a todos los colectivos, nos llevan a la destrucción. Así lo afirmaron hace una semana en la capital los secretarios regionales de UGT y CC OO, Manuel Pastrana y Francisco Carbonero. Pero también hay otras razones ‘menos prosaicas’ –valga la expresión–. No acudir al trabajo tiene incidencia en el bolsillo del huelguista y también en el conjunto de la economía. Vayamos con ambas.
Si nos ceñimos al salario medio de los jienenses, 13.237 euros brutos anuales según los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria, los trabajadores que opten por quedarse en casa tendrán que ‘pagar’ en torno a los 40 euros. Y a las empresas ¿cuánto les costaría en el supuesto de una paralización completa? Pues a esos 40 habría que añadirle seis ceros a la derecha, unos 40 millones de euros. Es el resultado, también aproximado, de dividir el Producto Interior Bruto (PIB) de Jaén por el calendario de laborables de un año. No dejan de ser promedios basados en la hipótesis de un cerrojazo absoluto, pero sirven para hacernos una idea de la trascendencia de lo que sucederá este miércoles.
Mientras tanto, y a horas vista de que el 14-N sea algo más que una fecha en rojo en el calendario, la maquinaria de UGT y CC OO funciona a pleno rendimiento. Ayer mismo hubo a las 12,00 horas una reunión del comité de enlace para atar cabos y ultimar todo el dispositivo de información. Se estima que habrá unos 800 piqueteros, la misma cantidad que el pasado 29 de marzo, de los que 400 corresponderán a UGT y otros 400 a CC OO. Si se mantiene el mismo esquema del 29-M –fuentes sindicales han apuntado que no habrá grandes variaciones–, unos 500 permanecerán en Jaén, mientras que los 300 restantes se moverán por las localidades más pobladas y donde mejor se visualizará si el 14-N ha contado con el respaldo de los ciudadanos. Conviene recordar que UGT y CC OO han insistido en que esta movilización trasciende el ámbito del empleo ya que las medidas de ajuste afectan no sólo ocupados y desocupados, sino a estudiantes, pensionistas y a toda la población en general.
Si se repiten los planteamientos del 29-M, el primer punto caliente será el acceso de la fábrica de Galletas Cuétara –ahora propiedad del Grupo Siro– en la carretera de Madrid. Hay un turno que se incorpora a las diez de la noche. Habrá piquetes en la puerta y seguro que también bastante policía. También habrá que estar muy atentos a las concesionarias de servicios públicos. Fundamentalmente a la planta de Resur (basura), en la carretera de Fuerte del Rey, y a las cocheras de autobuses Castillo, también en la carretera de Madrid. Mercajaén, donde se abastece de alimentos frescos a las tiendas de comestibles de Jaén, y el centro logístico de Correos, ambos en el polígono de los Olivares, son puntos donde en otras ocasiones ha habido ‘meneo’. Si los contenedores están llenos, si los autobuses no llegan, si en los supermercados faltan productos… habrá mayor percepción de huelga. El polígono de los Olivares, el mayor recinto industrial y de servicios de Jaén, es clave, aunque bloquearlo es mucho más complicado desde la construcción de los viales que conectan con Expansión Norte –antes bastaba con el corte de un puente–. También habrá que estar muy atentos a la apertura de grandes y pequeños establecimientos –todos los cerrajeros están en alerta– y a los organismos oficiales.