Se acabó lo que se daba. Toca darle a la teclita. Pues no, desgraciadamente yo sigo sin ver ni un puñetero brote verde (y no hace mucho que me gradué la vista). Más allá de las ensoñaciones veraniegas, lo cierto es que la coyuntura económica sigue deteriorándose. Ya se encargó ayer de recordarlo es Servicio Público Estatal de Empleo, que oportunamente nos informó de que a Jaén le quedan dos telediarios para estar por encima de los 50.000 parados, la cifra más alta desde que estalló la crisis, allá por el verano de 2007. ¿Se acuerdan de la ‘movida’ de las subprime? Parecía que no iba con nosostros, pero madre mía…
Las expectativas otoñales tampoco son mucho más positivas. Hasta el propio ZP, optimista empedernido, reconoce que vienen meses difíciles. Finalizada la campaña turística veraniega (un mes más corta) y culminados también buena parte de los proyectos financiados con el PlanE, llegan tiempos de incertidumbre para Jaén, que no volverá a respirar hasta que se empiece a cosechar el fruto de los olivos, en diciembre. Con los 2,40 euros a los que se cotiza el kilogramo de aceite en la actualidad, parece que los productores empiezan a ver el futuro un poco más claro. A pesar de ello, más de uno ya se está llevando sobresaltos con los precios de liquidación.