Ya les había comentado yo en este blog que la escasa asistencia de empresarios a la presentación de las ayudas al comercio -recuerden, un milloncito de euros contantes y sonantes- era mal presagio de lo que podría suceder cuando concluyera el plazo En efecto, tan sólo 40 peticiones sobre un universo de 1.100 potenciales beneficiarios (excluyendo a franquicias y grandes superficies). La Federación del Comercio considera que este desinterés no se justifica de ningún modo, ni tan siquiera por esta crisis hijoputa que no deja títere con cabeza. Tampoco se puede alegar falta de información, ya que la propia patronal asegura que ha facilitado todos los detalles de la convocatoria a los interesados.
El sector, que está pasando las de Caín con esto de la recesión, no ha respondido porque no ha podido o porque no ha querido. En el primer caso, resultan perfectamente comprensibles ciertos planteamiento más conservadores. No olvidemos que la mitad de la inversión la sufragaba el municipio y la otra mitad, el tendero. Pero en el segundo, es bastante complicado encontrar excusas más o menos convincentes. Así que luego no se quejen de lo profundamente jodidos que están. Han tenido una oportunidad de oro para modernizar sus locales y la han desaprovechado.
Mientras tanto, los otros, lo que no tenían derecho a subvención, siguen ganándoles terreno y postergándolos a un segundo lugar en el competitivo mercado de los servicios.