Hace unos días, poniendo algo de orden en mi hemeroteca, tuve la oportunidad de releer columnas escritas por el menda hace unos años. No es falsa modestia, pero la verdad es que alguna de ellas me quedó graciosilla. Ahora que prevalece el mal rollo, que estamos en vísperas de una huelga general que siempre es problemática, que la alegría del verano es ya un bonito recuerdo, he decidido recuperar uno de estos artículos. Se titulaba ‘Jaén, epicentro del orgasmo global’, y recuerdo perfectamente que me gané más de una hostia de algún lector que me tachó de libidinoso. Fue un 14 de diciembre de 2006.
“Estoy nervioso. Faltan 777.600 segundos para que llegue el 22 de diciembre. Uno, dos, tres, cuatro, cinco… ya sólo quedan 777.595. Ese viernes confluirán una serie de eventos que pueden convertir a la persona más triste en el ser más feliz. Desde bien temprano los niños de San Ildefonso comenzarán a sacar las bolitas del bombo para repartir fortuna por toda España. Si usted ha comprado un décimo, ya sabe que tiene una oportunidad entre 85.000 de pegar el pelotazo y quitarse todas las penas. Ánimo, no es tan difícil. Hace dos años 900 familias de Beas de Segura se dieron el festival del siglo con los 180 millones del Gordo. Y si la suerte está esquiva y no huele un chavo, tampoco se preocupe en exceso, que para eso está Bruselas, que ha previsto aflojar sus 421 millones de euros en ayudas al olivar ese mismo día. En este caso la probabilidad de que toque es mucho mayor. Si en Jaén viven 660.000 almas y hay 110.000 beneficiarios de subvenciones, la estadística dice que uno de cada seis pillará cacho.
Hasta aquí lo material. Pero el 22 de diciembre sucederán otras cosas mucho más importantes y que nada tienen que ver con el ‘poderoso caballero’. Coincidiendo con el solsticio de invierno, millones de humanos han sido llamados a fornicar a todo trapo para efectuar “un cambio de energía en la Tierra” y acabar con todas las guerras. Este orgasmo global ha sido convocado por Donna Sheehan, de 76 años, y Paul Reffel, de 55, dos pacifistas californianos que han elevado a la categoría metafísica algo con lo que se frivoliza con excesiva frecuencia: follar.
A mí esta idea de copular para acabar con los malos rollos me parece fantástica. Me consta que el llamamiento de Sheehan y Reffel será secundado por infinidad de hombres y mujeres de pro que, ‘con mucho gusto’, quieren aportar su granito de arena para que los líderes mundiales dejen de hacer el memo y apliquen el sentido común a la resolución de los conflictos. Pero ojo, no basta tan sólo con darle a la cebolleta. Para “crear una masa crítica de vibraciones favorables a la armonía”, que es de lo que se trata, es requisito indispensable concentrar los pensamientos en la paz antes y después del clímax. “Tu mente se queda en blanco -declaró Sheehan al diario San Francisco Chronicle-, una sensación similar a la de un estado de meditación”. “Se ha demostrado que las meditaciones colectivas logran cambios”, agregó.
Jaén es tierra de amores tórridos al resguardo de los olivos, de inocencias perdidas en los intrincados senderos de Jabalcuz. Por todo ello y por los buenos propósitos de un movimiento que surge desde la buena fe, los jienenses deben entregarse sin remilgos a la causa de la pasión. De Aldeaquemada a Arbuniel, de Porcuna a La Iruela, la provincia debe ser un gran orgasmo. Un orgasmo que unido al de Córdoba, al de Granada, al de Almería… liberen a la humanidad de tanta violencia y tanta mierda acumulada durante milenio. Donna, Paul, contad con Jaén. No os fallará.
Y como quien no quiere la cosa, desde que empezó esta breve narración ya han pasado en torno a 150 segundos. No se despisten y vayan calentando motores”.
En fin, juventud divino tesoro.