>

Blogs

jorgepastor2000

Patadón y tentetieso

El chunda-chunda de los muertos

Acabamos de vivir un fin de semana fantasmagórico. ¡Qué miedo! Brujas pirujas lanzado hechizos a chiquillos indefensos, zombies putrefactos y andrajosos que asustan a las ancianitas a la vuelta de la esquina, maléficos que hunden su mirada lasciva en jóvenes colegialas -a la manera de Sánchez Dragó-, murciélagos revoloteando… vamos, el acabose del espanto. Sí, señoras y señores, Halloween ya forma parte de nuestro acervo cultural. Los buñuelos, las gachas y los panallets han muerto; vivan los sándwiches funerarios, la telaraña de chocolate con nueces y las magdalenas de ojos. ‘Así son las cosas y así se las hemos contado’, que diría un avezado presentador.

Vivimos en una sociedad sin fronteras. A mí me parece estupendo, la verdad. Pero una cosa es la receptividad hacia lo extraño, el mejor antídoto contra el ombliguismo, y otra bien distinta tragarse todo so pretexto de globalización. Y más cuanto este contagio cultural tiene motivaciones claramente económicas, como es el caso de Halloween. Esto de vestirse como un monstruito y pintarse regueros de sangre en la comisura de los labios es, bajo mi modesto parecer, una soplapollez mayúscula que está dejando pingües beneficios a unos pocos –que nadie piense en El Corte Inglés porque aquí los que se hinchan de vender harapos y esqueletos de pega son las tiendas de todo a cien-. Y lo es fundamentalmente por la forma, que es donde está el parné, y no tanto por fondo, aunque hay muchísima gente que nunca entenderá esta manera de banalizar la muerte.

Tampoco pienso que esto de Halloween sea una maniobra orquestada en conventículos de Wall Street para colonizar el mundo. Es más sencillo. La tradición ésta del chunda-chunda de los finados remanece en los centros escolares, donde el bilingüismo impone la inmersión en los usos y costumbres de los angloparlantes, con todos los réditos que ello reporta para los que ven en los muertos vivientes una nueva oportunidad de negocio, que tonto el último cuando hay pasta de por medio.

No es nada nuevo. Nosotros, los del francés, también tuvimos que aprendernos la Marsellesa como una forma de aproximarnos a la civilización de ‘les enfants’, aunque la ‘pequeña’ diferencia es que después no salíamos a la calle armados con bayoneta y calados con gorro frigio. Haciendo el gilipollas, vamos. Halloween ha venido para quedarse porque los chiquillos ya piensan que lo normal es eso, gastarse el dinerito para disfrazarse y hacer el chota bajo apariencia de un ser de ultratumba. Después, dentro de unos años, ya irán a las ‘típicas’ fiestas Halloween en discotecas y pubes irlandeses y demás cuchipandas sacacuartos. Todo se andará.

Temas

halloween

'El día que la mierda valga algo, los pobres nacerán sin culo' (García Márquez)

Sobre el autor

Sidebar Noticia

noviembre 2010
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930