Una de mis grandes aficiones es fijarme en las pintadas callejeras. Obviamente, en una ciudad como Jaén, donde no hay un centímetro cuadrado de fachada sin su ‘oportuno’ pintarrajo, tengo para hincharme. Me gusta examinar los trazos, los perfiles, las letras, los símbolos… También me imagino cómo será el artista, su rostro, sus inquitudes vitales, su forma de interpretar la realidad. Pues eso, que hace poco me encontré con ésta. Desde entonces no he parado de preguntarme quién es más tonto ¿el aludido o el ‘ártista’?