>

Blogs

jorgepastor2000

Patadón y tentetieso

El barco fantasma

Andamos los jienenses un tanto patidifusos con esto del tranvía. De ‘surcar’ los mares capitalinos a todo trapo a permanecer ‘anclado’ en puerto sine die, como un barco fantasma. Supongo que la mayoría de ustedes estarán al tanto. La justicia, apelada por la empresa de autobuses urbanos, dijo que los viajes gratis quebrantaban la competencia leal. Que lo de las probaturas está requetebien, pero sin gente. Dicho y hecho. Quinientos sacos terreros en lugar de quinientas personas. Pero tres semanas después de que el señor de negro se pronunciara, el trenecillo sigue ahí, en vía muerta. Ahora no puede circular porque no le llega la corriente. En principio se habló de una incidencia relacionada con las fuertes lluvias de la semana pasada, pero poco después se conoció la sonrojante verdad: el Ayuntamiento no ha pagado el enganche de la luz. De lo que viene luego también han tenido cumplida información. El PP gana las elecciones, hace cuentas y concluye que ‘el negocio’ es inasumible. Lo último, carta urgente al presidente Griñán para ver cómo resolvemos el sainete.

Pues eso, pasmo generalizado. Más que nada porque la infraestructura ha costado más de 70 millones de euros (11.600 millones de las antiguas pesetas), por los cambios en tráfico, por los dos años de obras, porque se trata de dinero público y por mil y una razones fáciles de entender. Vale, seamos transigentes, traguemos saliva y hagamos un esfuerzo para comprender todo lo que está sucediendo. Un ejercicio de fe que se puede hacer de dos maneras, desde la óptica política y desde la del ciudadano. La primera supone aceptar la ‘lógica’ de los partidos, lo que en la práctica significa que ‘lo que es bueno para uno es malo para el otro’. Aunque en este caso quizá lo conveniente sea relativizar el aforismo por las circunstancias que concurren -se supone que el Ayuntamiento está al borde de la bancarrota ¿no?-. Desde este punto de vista, la decisión parece prudente. Pero ahora veámoslo desde la otra perspectiva, la del oriundo que contribuye a la causa común apoquinando generosos impuestos y que exige que, más allá de que las inversiones sean provechosas, los servicios funcionen razonablemente bien. Repito, que ‘funcionen razonablemente bien’. Y en este caso es que ‘ni tan siquiera funcionan’. Es más, no se sabe ni cuándo ni cómo. Y esto sí que es completamente inadmisible.

El PP nunca vio con buenos ojos esto del tranvía. Al menos así lo expresaban cada vez que le ponían una alcachofa delante a alguno de sus dirigentes -otra cosa es lo que realmente pensaran en la intimidad-. Pero el obrón está ahí. Se acabó en tiempo y forma. Y yo me atrevería a afirmar incluso que, pese a los reparos iniciales, la ‘cosa’ gozaba de aceptación -especialmente mientras fuera de balde-. Además, la acción de gobierno está por encima de los intereses partidarios con independencia de cuáles sean los resultados de unas votaciones. ¿Herencia envenenada? Pues sí, probablemente sí. Pero ejecutada por quienes decidieron los ciudadanos en las urnas. A partir de ahí lo que resulta increíble es que el asunto no estuviera ‘atado y bien atado’. La puesta en marcha del ‘sistema tranviario’ -no sé por qué narices no lo llaman tranvía a secas- tenía unos plazos que había que cumplir con independencia de que la vara de mando la llevara Peñalver o Fernández de Moya. Si no había pasta, pues que hubieran sido previsores. Y si todo se paralizó por el revés electoral, pues una irresponsabilidad como la copa de un pino.

Señoras y señores, la historia se repite. Desgraciadamente siguen sin interarse de qué va la película.

Temas

tranvía

'El día que la mierda valga algo, los pobres nacerán sin culo' (García Márquez)

Sobre el autor

Sidebar Noticia

junio 2011
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930