Resulta muy curioso observar la evolución del discurso político de un tiempo a esta parte. Ahora el mensaje esta claro: austeridad, austeridad y más austeridad. Y además no basta tan sólo con decirlo, sino que hay que predicar con el ejemplo.
En este contexto debe interpretarse uno de los múltiples rifirrafes que se produjo ayer en el pleno. El alcalde Fernández de Moya sacó a colación una factura del año 2010. El papelito hacía referencia a una comida mantenida con la ministra de Cultura, González Sinde. La cuenta importó la bonita cifra de 1.027 euros para las arcas municipales.
Así que Fernández de Moya, dirigiéndose a los ediles del PSOE (en realidad lo hacía para las cámaras), soltó un ‘speech’ en el que no dejó títere con cabeza y comparó con la frugalidad actual. Un vaso de agua se tomó hace unos días con Montoro y cuando va de viaje los bocatas se los paga él.
By María Capilla de la Calle