Dicen los expertos en márquetin que los eslóganes publicitarios deben ser sencillos, concisos y claros. ‘Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo’, ‘Coca Cola, la chispa de la vida’, ‘Ola soy Edu, feliz de navidad’, ‘Cola Cao, el alimento de los campeones’, ‘Gillette, lo mejor para el hombre’… frases conocidísimas todas para el gran consumo que han hecho célebres (y rentables) a las empresas que las promovían. En Jaén también hemos tenido algún anuncio con afán de trascendencia, aunque más bien de eficacia limitada. Me refiero a aquello de ‘Jaén, paraíso interior’, una locución a la que las mentes preclararas de nuestros políticos atribuyen el exitoso devenir del turismo en la provincia (hasta que llegó la crisis, claro). Hombre, los que idearon el lema no se partieron los cuernos precisamente, pero al menos tuvieron el acierto de generar una imagen de marca, ‘Jaén’, que hasta el momento no existía para un sector que, teóricamente, debería ser una alternativa económica al monocultivo del olivar (todavía no lo es, a los datos me remito).

Hasta aquí todo más o menos bien. El problema es que, once años después, a alguien con extraordinario talento se le ha ocurrido darle una vuelta vuelta de tuerca al ‘Jaén, paraíso interior’ y ha reeditado la cantinela con una serie de añadidos a medio camino entre el existencialismo y el no tener ni puta idea de lo que se está diciendo. La cosa ha quedado así: ‘Jaén, paraíso interior: sigues siendo tú, pero no eres el mismo. El paraíso es posible’. Qué ¿cómo se les ha quedado el cuerpo?, ¿qué les parece este alarde de ingenio, originalidad y condesación de conceptos? Una, dos, tres, cuatro, cinco… quince palabras, todo un ejercicio de laconismo para decir algo así como que ‘uno cambia pero no cambia y si hay que cambiar en algún sitio, pues cambie usted aquí, en Jaén, porque somos la rehostia’.

Pero me niego a hacer una crítica destructiva así porque así. Quiero abrir mi blog a las sugerencias de todo el mundo. Es más, en este momento y en este lugar, me comprometo a hacer llegar a nuestras insignes autoridades todas las alternativas que ustedes propongan a este nuevo ‘remake’ del ‘Jaén, paraíso interior’.

Empiezo planteando una: ‘Jaén ¿no sabían que somos la hostia?’