El último informe de Funcas, dirigido por el economista Ángel Laborda, sitúa a Andalucía en el mismísimo ojo del huracán de la crisis. La comunidad registra la mayor tasa de paro de todo el país y, además, es la cuarta que menos creció porque ningún sector ha sido capaz de amortiguar la caída del ‘ladrillo’. Y yo me pregunto: si las cosas están así por ahí ¿cómo nos encontraremos en Jaén? Mucho me temo que el viejo objetivo de la cohesión territorial, en el que se han empeñado ingentes cantidades de dinero público, se halla en estos momentos mucho más lejano, una mala noticia para una provincia con uno de los tejidos empresariales menos modernizado, menos competitivo y menos diversificado.
Lo que más me preocupa de todo esto es la fuente de información, Funcas. Y no lo digo porque se trate de una institución poco fiable, sino por todo lo contrario. Se trata de uno de los centros de estudio más autorizados, tal y como evidencia la exactitud de sus pronósticos pretéritos. La cuestión es que hay por ahí mucha gente interpretando datos (el Gobierno tiene una legión de expertos dedicados ‘full time’ a este menester) y pocos barruntando líneas de actuación que puedan ser efectivas. Y claro, esto acojona sobremanera en este pequeño rincón de Al Andalus llamado Jaén, acostumbrado a verlas venir.