Los que acostumbran a patearse Jaén a diario, como un menda, habrán observado que de la noche a la mañana han proliferado como setas carteles anunciadores de ‘grandes’ obras. En unos casos, como en el del tranvía, la colocación de paneles se ha hecho a bombo y plantillo, y en otros, como el del paso subterráneo de la avenida de Madrid, con nocturnidad (en el buen sentido de la palabra). De este último les quiero hablar. Veamos. Hace dos años, en marzo de 2007, el Ayuntamiento de Jaén, entonces gobernado por el PP, inauguró esta infraestructura, “un proyecto emblemático de gestión y signo de modernidad para la ciudad”, decían las crónicas de la época. Costó 3,6 millones de eurazos (casi 600 millones de pesetas) y supuestamente debía servir para descongestionar el tráfico en uno de los cruces más complicados de la capital.
Pues bien, ahora, tan sólo 24 meses después, los nuevos regidores del consistorio, gobernado al alimón por PSOE e IU, han considerado (con buen juicio, a mi modesto entender) que aquel “signo de modernidad” no vale para nada porque los conductores no lo usan. Arguyen que la mayor parte del flujo circulatorio (hacia el Norte y hacia el Sur del casco urbano) se canaliza a través de un solo carril superficial, lo que genera embotellamientos. Así que como la cosa está muy mal, otros 450.000 euros más (75 millones de las antiguas rubias) para solucionar el desaguisado.
Y yo me pregunto ¿por qué no se hacen bien las cosas desde el principio? Más que nada porque los 3,6 millones iniciales y la propina de 450.000 euros de ahora son fondos públicos. Sí, ya sé que los 450.000 provienen del ‘plan anticrisis’ de ZP, pero al fin y cabo estamos hablando del dinero de todos los contribuyentes. Si este “signo de modernidad” se hubiera hecho bien, nos habríamos ahorrado los 450.000 euros o se habrían invertido en algo más útil. Y ojo, yo no cuestiono la forma de proceder de uno u otro partido, cuyas actuaciones están legitimadas teóricamente por los votos que reciben, sino que se entierre un pastizal en algo inútil con todo lo que está cayendo.