Andan en el PSOE dándole vueltas a la fabada que hace algunos días contaba mi compañera María Angustias de la Calle. Y aunque hay digestiones pesadas, no creo que ésta sea para tanto. Ayer, en la tradicional copa navideña que ofrece la ejecutiva provincial socialista sirvieron cocido. Una simple coincidencia ‘conspirativa-culinaria’. Yo no soy un conspirador, aunque no sea por falta de ganas, he de reconocerlo. Tan sólo un periodista observador que a un lado tiene un ángel malo y en la otra oreja un angelillo trincón, que me dice que me aproveche de mi condición de cronista interesadamente, aunque lo más que consiga sea comer algún día de gorra. En cualquier caso, yo a los ángeles no les escucho porque no me hablo con seres que no tienen sexo; que no es lo mismo que no tener el sexo definido, no se confundan. Estuve en la comida que ofreció el PSOE, por supuesto. Y noté algunas ausencias significativas. Que pueden ser casualidades, como las de la fabada y el cocido. En esta ocasión, al contrario que todos los años, no estuvo presente ningún delegado provincial de la Junta ni tampoco los concejales de la capital, salvo Chema Rueda. Hay momentos en los que he llegado a pensar que la ejecutiva de la capital y la provincial actuaban cada una por su cuenta; con el tema de los altos cargos, por ejemplo. Y muchas veces en las que pienso que no tengo ni puñetera idea de con qué bando relacionar al grupo municipal del Ayuntamiento. Sea como sea, las ausencias de ayer no son casuales, porque en política hasta las coincidencias tienen su causa justificada. Así que como esto es interactivo, el que encuentre los motivos que me lo explique e introduzca un comentario, que son anónimos y sé qu tienes ganas. Ah, y que no me digan que la copa era solo para la ejecutiva provincial y que el resto no suele ir porque, además de ser mentira, no estoy dispuesto a creérmelo.