Hoy se celebra un comité local en Armilla, donde Morales Cara sigue mandando mientras otros desde el partido le deshojan la margarita de su continuidad y Cañavate juega al golf para aliviar el trance de las traiciones cainitas.
En la sombra sigue organizándose una lista alternativa, con la que se relaciona a una antigua concejala que hizo equipo con Morales Cara y Cañavate, pero que por no querer viajar tuvo que hacer las maletas. Ya les contaré esta historia otro día.
No se lo van a poner fácil a estos socialistas disidentes, a los piquetes del clan. Me dicen que han repartido la cinta de una intervención radiofónica de su cabecilla para alimentar el caldo de la traición.
Mientras tanto, la cúpula del partido espera que la decisión del fiscal le allane el terreno. Vamos, que se va a desatar una repentina afición al golf sin precedentes en la provincia.