Uno ya se había acostumbrado a esta pseudofama de semiproscrito, y tenía su gracia. Pero ya ni me censuran, ni me insultan, ni se cruzan de pasillo cuando asomo por las oficinas. Qué rollo. Del Ojo sigue con su cantinela de acoso y derribo, con su ‘perseguido’ y acorralado, que ya ha hecho mella en […]