Uno llegó a pensar que Manuel Armillas sería el abogado del diablo de la Semana Santa, un timón sin timonel, el dedo en el ojo y el ojo indiscreto. Pero se nos rajó al final y no tenemos más remedio que destronarlo de nuestra trinidad de ídolos derribados. Tras la desilusión de Armillas, con nuestra […]