García Royo pensó, como Valle Inclán, que las cosas no son como suceden, sino como se recuerdan. Y dejó para la eternidad una frase gamberra y llena de alfileres al principio de su despedida: “Me han pegado una patada en el culo”. Genial. Desde ahora, siempre evocaremos a Nino como el cerebro gruñón al que […]