He recibido dos cartas de lectores que me colocan a la izquierda de Pablo Iglesias. Así que hoy no tengo más remedio que meterme contigo, Javi, amigo, compañero, aunque peligre el puesto de consejero en Canal Sur que teníamos apalabrado. ¡A tu edad y convocando botellones!
Pensaba que Torres Vela no tendría más remedio que espabilar, que en algún momento acabaría su homilía de planes estratégicos y promesas de humo. Ahora sé que acabará como empezó, solemne e institucional; le lleve a la más sorprendente de las victorias o la más estrepitosa de las derrotas. Le sobran palabras y le falta sangre, pero Javier no se va a convertir en un kamicace en contra de su voluntad.
Ayer perdió Javier y ganó Pepe Torres. Porque para el candidato socialista cada día que pasa es una oportunidad perdida. El PSOE no lo quiere aceptar, pero el botellón de leyenda le ha puesto la puntilla y ha sido una gran torpeza política en un momento definitivo.
Pepe Torres se podía haber despachado ayer a cinco Torres Vela en fila india sin decir nada. Ese es el mayor mérito del candidato popular, que aún no ha dicho nada pero que tiene anulado a su rival en una esquina sin oxígeno.