Los ‘dos Torres’ se llevaron a su público al último debate. Y entre ellos había hooligans, pirómanos, comisarios… muchos que se pasan la democracia por el forro de la entrepierna. Sé perfectamente quien empezó, quien tuvo la culpa, quien reventó el debate con su patochadas, pero no le voy a conceder el placer se apuntarle con el dedo.
Me daría vergüenza ser uno de los que abucheó cuando hablaban los candidatos. Alguno de los que se reía a carcajadas, alguno que nunca abandonó la línea horizontal del pensamiento único. En definitiva, me da vergüenza que en un debate donde apenas había un centenar de personas tuvieran que entrar dos agentes de la Policía Nacional y que a los responsables no les dé vergüenza.
El que no sea capaz de respetar que alguien piense diferente, al que se le erice el cerebro cuando escuche el nombre del partido contrario, que se quede en su casa. Y al ser posible que no salga ni para votar.