Me lo contaron dos personas que en vez de cotillear investigan.
El martes hubo un morboso almuerzo en un conocido restaurante granadino, aunque su nombre no sea precisamente relativo a la provincia de Granada.
En la mesa estaban un ex alcalde y un ex concejal de Urbanismo, de los que tanto se habla y tanto se hablará. Las relaciones entre ellos son buenas y están unidos por más cosas que por la amistad, también por los juzgados.
El otro cubierto de la mesa era para un constructor.
Hasta aquí nada demasiado raro. Pero hay combinaciones atrevidas en exceso, tanto que no deberían de mezclarse en público. Yo por lo menos no dejaría que la gente me viera. No porque tenga que esconderme, sino por si caso me estuvieran buscando.