Con el inicio del curso político a la vuelta de la esquina el PSOE ha vuelto a rescatar el caso Del Ojo. Seguramente conscientes de que dentro de pocas semanas la Fiscalía del TSJA diga esta boca es mía y enviará las primeras conclusiones al Supremo. Ya han desfilado por plaza Nueva varios concejales y ex ediles, pero todavía no lo ha hecho Del Ojo, que sigue en su búnker de diputado nacional escoltado por el silencio de su partido.
La última chorradita del bueno de José Luis fue -dice el PSOE- vender unos pisitos construidos por el Ayuntamiento y poner a huevo un pelotazo. Lo que a uno le fastidia no es que estas maniobras sean ilegales -que posiblemente ni lo sean- sino que nunca tenga la suerte de andar por medio de estos negocios tan rentables. Y es que no puedo despegarme la cara de tonto después de haber escuchado en el último año como hay concejales que compraban pisos por siete millones de pesetas o venden solares por un puñado de higos.
Ogíjares sigue siendo un polvorín, con o sin el controvertido José Luis del Ojo, el último trapecista de las listas que le queda, al menos, medio año en el alambre. Otro días les hablaré de las últimas contrataciones. En los próximos meses veremos que hace el PP con su investigado diputado, si repite en la candidatura o si lo manda a operar cataratas. Si se calla o si larga.