Si alguna vez cambio este ‘tiglao’ mal pagado del periodismo por la política será por un puesto en el consejo de Canal Sur o por un carguito de asesor de los de 50.000 euros del ala. Por eso, yo también estaría dispuesto -como dicen algunos- a jugarme el tipo si el partido me lo pidiera.
Una vez parí una idea de asesor y no la cobré. Yo es que soy así de gilipuertas.
Resulta que tras las elecciones empecé a echar cuentas y escribí un titular matemáticamente imponente: ‘Al PP le faltaron 270 votos para ganar la Diputación’.
La tarde antes llamé a uno de los responsables de la campaña del PP para cotejar mis datos. No se habían dado ni cuenta de que se habían quedado a los talones de los socialistas. Entre sumas y divisiones se habían hecho la gaviota un lío.
Viene a cuento esta historieta a que hoy Sebastián Pérez lo ha vuelto a repetir en el mitin para que lo escuchase Rajoy. ‘Semos unos monstruos y vamos a acabar con el régimen sociata. Estamos a 270 votos’. ¡Ele!
Se podría estirar Sebas y algún día invitarme a comer por el titular que le cedí sin derechos de autor en un gesto altruista de los pocos que me caracterizan.
Me basta con que lo tenga en cuenta y me reste la ocurrencia de la lista negra de las afrentas, de las portada de Del Ojo, de los cuernos y del rabo de diablo rojo que me han salido. Porque yo un día también le puse a Sebastián las perdices a huevo, sin alas y con los ojos vendados.