Toca mirarse las pelusas del ombligo. En esta profesión de engreídos y chuloputas hay ahora mucho cabaretero suelto, mucha vedette de pluma y corazón que se lo pasan pipa metiendo el micrófono en las miserias ajenas. Y no me refiero al Pachuli y a otros mindundis, que bien merecido se tienen el hierro con que […]